España y 11 países más de la UE tendrán acceso común a la historia clínica de los pacientes

  • Publicado el 23 de Noviembre de 2008

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El plan, que deberá estar funcionando plenamente en 2015 y que se suma a una propuesta de directiva europea sobre movilidad, es un paso más hacia la libre circulación de pacientes en la Unión.

El proyecto SOS pretende también que la llamada receta electrónica funcione en los 12 países miembros del proyecto. Ésta permite el acceso electrónico -con la tarjeta sanitaria- a las órdenes de prescripción de medicamentos.

 

Con este sistema, que aún se está implantando en España y que no funciona todavía en todas las comunidades, se podría solucionar la situación de un paciente que quiere comprar un fármaco en otro país.

El proyecto europeo -Smart Open Services (SOS)


El plan tendrá que lidiar con muchas dificultades técnicas que España ya conoce: la diferencia de idiomas, la variedad de sistemas informáticos y las leyes de privacidad de datos. "El modelo español de división de competencias puede servir como un buen ejemplo", sostiene el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria.

 

De hecho, será a partir de octubre cuando empiece a funcionar en España un proyecto piloto en el que ocho comunidades -Cataluña, Castilla y León, Cantabria, Andalucía, Murcia, Valencia, Baleares, La Rioja- intercambien datos de historias clínicas a través de la red de comunicaciones del Ministerio de Sanidad.

Ese nodo o conjunto de macroordenadores centrales (que ya funciona, pero no para el intercambio de historias clínicas) será el encargado de que se pueda buscar, encontrar y consultar esa información, a pesar de que cada comunidad la tenga almacenada en un formato digital diferente.

 

Lo mismo que se pretende hacer entre los 12 países que participan en el proyecto. Así, con la tarjeta sanitaria electrónica que existe en España -un formato que tendrán que adoptar otros países- se podrán consultar esos datos, independientemente del sistema informático en el que se hayan almacenado.

El acceso a información sanitaria está regulado por la Ley de Protección de Datos. Por eso, el sistema de intercambio y consulta deberá cumplir requisitos muy estrictos: toda la información deberá ir cifrada, y cada acceso a un historial quedará reflejado. Los profesionales sanitarios podrán además acceder a los datos esenciales de un paciente en su propia lengua.

 

¿Cómo podrá hacerse?

 

"La información irá codificada basándose en unos estándares comunes; para ello España ya se ha incorporado a la Asociación para la Estandarización de la Terminología Clínica", matiza Pablo Rivero, director de la Agencia de Calidad del Ministerio de Sanidad. Así, el médico, al introducir en la base de datos el identificador del paciente, encontrará sus datos en su propio idioma.

Queda decidir qué datos contendrán esas historias clínicas. Uno de los puntos que los 12 países miembros del proyecto tienen que decidir aún. Para eso se ha creado un grupo de trabajo liderado por España. "Contendrán datos básicos y resumidos. Como las enfermedades crónicas, las alergias, los medicamentos que se están tomando...", dice Bernat Soria.

 

Sin embargo, será el propio paciente quien decidirá si quiere que sus datos aparezcan en esa historia clínica resumida. "Una persona tiene también derecho a que ciertas cosas no aparezcan en ese documento", dice Rivero.