Protocolo de actuación ante casos de legionelosis

  • Publicado el 26 de Diciembre de 2008

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De acuerdo con el Real Decreto 909/2001, de 27 de julio, las Autoridades Sanitarias competentes coordinarán las actuaciones de todos los profesionales que intervengan tras la aparición de episodios de legionelosis.

La enfermedad del legionario o legionelosis es una infección pulmonar (neumonía) cuyo agente causal principal es la bacteria conocida como Legionella pneumophila.

 

Esta bacteria toma su nombre a raíz de la investigación de un brote de enfermedad respiratoria febril aguda producida entre los miembros de la Legión estadounidense en Filadelfia en 1976.

 

No obstante, estudios retrospectivos posteriores han descubierto casos de legionelosis desde 1943 y se han identificado una serie de gérmenes pertenecientes al mismo género relacionados con esta enfermedad. Existen más de 40 especies propuestas de Legionella, de las cuales, al menos 19 han estado implicadas como agentes de neumonía en humanos, siendo L. pneumophila la responsable de la mayoría de los casos (85-90% de los casos).

 

El espectro de la enfermedad comprende desde:

  • Seroconversión asintomática
  • Cuadro autolimitado parecido a una gripe sin neumonía que se denomina fiebre de Pontiac
  • Enfermedad del legionario, la forma más grave y frecuente, caracterizada por neumonía
  • Infecciones poco frecuentes limitadas a partes blandas

 

La enfermedad del legionario representa del 1 al 8% de las neumonías extrahospitalarias que exigen hospitalización y un 4% de las neumonías hospitalarias mortales.

 

La incidencia estimada de episodios de legionelosis se cifra entre el 0,1% y el 5% de la población expuesta. Los casos se suelen producir de forma esporádica, sobre todo al final del verano o principio del otoño. No se ha demostrado transmisión persona-persona.

 

Los brotes de L. pneumophila suelen suceder en edificios, sobre todo hospitales y hoteles, o en determinadas áreas geográficas en las que se contamina el suministro del agua y se diseminan los organismos en aerosoles a partir de los condensadores por evaporación del aire acondicionado o por contaminación en las duchas.

 

La posibilidad de contagio varía de acuerdo a la intensidad de la exposición y del estado de salud de las personas; se puede producir en cualquier etapa de la vida, aunque la mayor parte de los pacientes son varones de mediana edad. Entre los factores de riesgo reconocidos destacan el tabaco, el abuso de alcohol y la inmunosupresión, sobre todo por esteroides.

 

Protocolo de actuación


De acuerdo con el Real Decreto 909/2001, de 27 de julio, las Autoridades Sanitarias competentes coordinarán las actuaciones de todos los profesionales que intervengan tras la aparición de episodios de legionelosis, ya se trate de un único caso o de un número más amplio.


A) Aparición de Casos Aislados:


1. Notificación del caso.


2. Diagnóstico microbiológico: Los diagnósticos clínicos serán confirmados por las pruebas de laboratorio.


3. Estudio epidemiológico: Identificado el caso, se recogerá toda la información referente al mismo. Igualmente, se realizará un estudio para identificar los lugares en los que, potencialmente, se pudo contraer la enfermedad. De igual modo, se establecerá un sistema de alerta para la detección temprana de nuevos casos asociados.


4. Inspección sanitaria: se llevará a cabo en edificios o instalaciones de uso público y centros sanitarios.


5. Recogida de muestras ambientales: Únicamente se realizará cuando el caso esté asociado a un centro sanitario.


B) Aparición de brotes:


1. Notificación de los casos.


2. Diagnóstico microbiológico: Los diagnósticos clínicos serán confirmados por las pruebas de laboratorio. En los brotes será necesario contar con muestras de los pacientes, a fin de compararlos con tomas ambientales; esto permitirá determinar la relación entre una instalación concreta y la aparición de casos.


3. Estudio epidemiológico: Identificado el caso, se recogerá toda la información referente al mismo. Igualmente, se realizará un estudio para identificar los lugares en los que, potencialmente, se pudo contraer la enfermedad. También se establecerá un sistema de alerta para la detección temprana de nuevos casos. Todo ello servirá de base para el estudio epidemiológico del brote.


4. Inspección sanitaria: Se llevará a cabo en edificios o instalaciones que se determinen. A partir del estudio epidemiológico del brote, se efectuará una evaluación del riesgo, teniendo en cuenta sobre todo el número y estado de salud de las personas potencialmente expuestas, tipo de edificio o instalación implicado y especies de legionella identificadas.


5. Recogida de muestras ambientales: Su objeto es detectar la presencia de legionella con el fin de identificar posibles fuentes de infección. Es necesario también tomar muestras ambientales.